Los días fueron pasando con un ritmo lento y agobiante realmente estaba preocupada por lo que seria esto, mi estado según decían era preocupante, ya estaba acostumbrándome al blanco invierno del cuarto al que había llegado hacia poco mas de 6 meses. la luz del lugar era brillante, su olor tenia una mezcla de humedad y antigüedad que se encontraba plasmada en sus paredes.mis días eran tristes llenos de recuerdos leves, creo que todo el olvido fue producto de la medicina de esa cura amarga. Seguramente jamas saldría de ese lugar ¿ moriría ahí?, ese pensamiento estaba permanentemente asechandome, la mejoría según decían solo dependía de mi, pero yo con todas mis fuerzas intentaba salir lo quería de corazón me aferraba a esta vida pero el daño causado era demasiado grande y quizás era irremediable, era una sensación cercana a la locura, ese era diagnostico, pero no quería creer en ello estaba segura que mi mente no me engañaba, desde el primer momento entendí que mi vida ya en estaba en mis manos que mis decisiones ya no valían y que mi cuerpo no me pertenecía eso fue lo más agobiante lo que más dolor me causo saber que ya no figuraba en ningún lugar como esa mujer fuerte que algún día existo, ya no estaba se había esfumado como el humo de un cigarrillo.
-¿como estas hoy?-su voz intentaba ser dulce.
-bien, creo que estoy mejor.- mi voz era irreconocible, desde hacia tiempo que no era la misma.
-se te ve mejor.-su respuesta fue cortante, quería esconder la realidad.
me soltó un poco las amarras de las manos, y me dio la medicina, su visita fue corta y sencilla, ya tenia costumbre de esa visita matutina. el día estaba soleado y en un intento vano de normalidad mi mente recordó el ultimo verano que pase con mi novio, cuando llevaba el vestido gris que tanto me gustaba, recordé sus besos sus abrazos, pero el recuerdo se corto con el dolor la perdida tan amarga, las lagrimas comenzaron a caer sin previo aviso. intente seguir recordando evadir el dolor con un recuerdo feliz de lo que había sido mi vida, fue un tonto intento, ya no podía recordar nada, solo el dolor. Ni mi propio nombre recordaba, mire el cielo de la habitación su color era blanco igual que todo el cuarto.
¿por que llegue a esto?, ¿cuando perdí la cordura?, sentí el dolor de otro recuerdo, su voz estaba en mi mente, podía ver su rostro aplastado por el vehículo, la sangre corriendo por la calle y los gritos de las personas que pasaban por el lugar.
la perdida la sentía en cada poro de mi cuerpo, el dolor era palpable, el sufrimiento me inundaba ¿por que a mi? el silencio fue permanente durante unos segundos.
-¿Donde estas?- el grito me libero-¿por que no me vienes a buscar?
-Tranquila, ¿que ocurre?-su voz era fuerte, al igual que su apariencia.
-¿donde esta?-mis palabras fueron susurro.
-¿quien?, ¿a quien necesitas?.
-tráelo, lo quiero ver.-mi palabras elevaron su volumen terminando en gritos.
mi desesperación llenaba en espacio el cuarto, todo era sufrimiento y angustia, las lagrimas me bañaban y hacían el dolor aun más grande.
-tranquila, con esto dormirás- saco de su bolsillo una jeringa con un liquido amarillo.
-No, por favor, no...-ya era tarde la acción estaba concluida.
mis ojos poco a poco se cerraron dejando el mundo de dolor a un lado para poder descansar aunque sabia claramente que esta seria la ultima vez que recobraría la cordura solo para caer a un vació aun más grande... la muerte.
Paz.